Un título de patente otorgado impulsa el desarrollo tecnológico y económico de una empresa al proteger su innovación, evitando copias y asegurando exclusividad en el mercado. Esto aumenta el valor de la compañía, atrayendo inversión y facilitando alianzas estratégicas. Además, fomenta la investigación y el desarrollo, impulsando mejoras continuas en productos y procesos. La patente permite monetizar la innovación mediante licencias o ventas, generando ingresos adicionales. En conjunto, fortalece la competitividad, abre oportunidades en mercados globales y posiciona a la empresa como líder en su sector, asegurando crecimiento sostenible y diferenciación en la industria.

Crear innovación patentada en productos tangibles, inmateriales o de servicios impulsa el desarrollo regional, generando empleo, atrayendo inversión y fortaleciendo el ecosistema emprendedor. A nivel ciudad, mejora la competitividad, fomenta las exportaciones y diversifica la economía. En el país, aumenta el PIB, posiciona la nación en el mercado global y motiva la inversión en I+D. Las patentes protegen la creatividad y permiten que las empresas compitan con mayor seguridad. En conjunto, este proceso transforma la economía, fomenta la tecnología y mejora la calidad de vida, haciendo que la región avance hacia un modelo más innovador y sostenible.

Las reivindicaciones son el corazón de una patente, ya que delimitan el alcance de la protección legal otorgada al inventor. Su redacción precisa y clara define los elementos técnicos que constituyen la invención, estableciendo qué aspectos están protegidos frente a posibles imitaciones o usos no autorizados. Estas son fundamentales tanto para defender los derechos del titular en caso de infracción, como para orientar a terceros sobre los límites de lo que pueden desarrollar sin infringir la patente. Además, una reivindicación bien estructurada puede maximizar el valor comercial de la patente, facilitando su licenciamiento o venta. Las oficinas de patentes evalúan las reivindicaciones para determinar la novedad y la actividad inventiva, por lo que deben cumplir con los requisitos legales y técnicos. En síntesis, las reivindicaciones actúan como un contrato que protege la creatividad del inventor, asegurando que la innovación pueda ser explotada de forma exclusiva dentro del marco legal.